Pintar un cielo en el dolor

Nota publicada el 18 de septiembre de 2009 en Changemakers, cuenta el trabajo y la historia de Donde quiero estar.

Nadie quiere estar en una sala de quimioterapia. En primer lugar, porque nadie quiere tener cáncer, pero también porque nadie quiere estar acostado en una cama blanca, con los ojos puestos en un techo igualmente descolorido y la orden de mantenerse inmóvil. La tensión de ese ambiente no hace más que fijar los pensamientos de la persona en una sola idea: su enfermedad.

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¿Por qué el nombre DONDE QUIERO ESTAR?

La paciente Zulema pintó unas sierras en su tercera sesión de quimioterapia; cuando le preguntamos qué estaba pintando, nos contó que quería comprar una casita en Córdoba y viajar allá. Pintó unas sierras divinas y a la obra la tituló “Donde quiero estar”.

Le pusimos ese nombre a la primera muestra y concurso, después le dimos ese nombre al programa: porque justamente, la pintura traslada a los pacientes de la sala de quimioterapia y los lleva a donde quisieran estar.

Nuestra historia

Todo surgió en junio de 2006. Luego de finalizar un curso de acompañamiento terapéutico en el Hospital de San Isidro Vicky Viel Temperley desarrolló un proyecto para acompañar a las mujeres con embarazos de alto riesgo. Cuando llevó el proyecto al Hospital de Clínicas se equivocó de piso y eso la llevó al encuentro del Dr. José Catri quien la invitó a trabajar con él en psicoprofilaxis quirúrgica y oncológica.

Con su experiencia como profesora de educación física e instructora de psicoprofilaxis del parto armó un programa que comenzó por el trabajo corporal con las pacientes, mientras le explicaba a sus acompañantes cómo hacerles masajes. Luego, el proyecto fue creciendo y algunos meses más se sumó al proyecto su hija María de San Martín, quien incorporó las clases de arte y sesiones de fotografía.


Los resultados superaron sus expectativas.